Con el acicate que supusieron las ayudas institucionales que se crearon hace ahora 7 años en Galicia se consiguieron llevar a cabo una buena parte de las películas que han representado al cine gallego en los mejores festivales del mundo. Películas que han ganado premios en Cannes, Rotterdam, Buenos Aires o Locarno. Estas subvenciones, de pequeña cuantía (y en estos momentos ya en franca decadencia), permitieron concretar obras de bajo presupuesto y alimentar los proyectos futuros de un grupo de autores que se encontraba en la búsqueda de una nueva forma de hacer y entender el cine, más allá de los cánones expresivos y productivos impuestos por una industria que lo fagocitaba todo en un mercado ya de por si raquítico.

Más que una generación definida, estos autores conforman una comunidad de creadores con intereses afines y visiones personalísimas. Una comunidad de apoyo mutuo que junto a  instituciones como el CGAI (Centro Galego de Artes da Imaxe), festivales como PlayDoc (Tui), S8 (A Coruña) o Cineuropa (Santiago de Compostela) y algunos medios de difusión como A Cuarta Parede han hecho de este cine en efervescencia un buen ejemplo de independencia, profesionalidad y riesgo creativo. Muchos de estos autores han trabajado o trabajan en diferentes ámbitos del audiovisual, provocando e incentivando desde la crítica cinematográfica, la programación o la docencia una sinergia constante donde el cine, y cada película en particular, terminan por convertirse en el elemento fundamental de su trabajo.

Las obras aquí reunidas se mueven hábilmente por entre una gran variedad de temas y formas estilísticas que van desde la animación autobiográfica y reveladora de 1977, de Peque Varela; el metraje encontrado de Lupita, donde Xurxo Chirro nos desvela el porqué y hacia quién iban dirigidas las cartas videográficas del protagonista de Vikingland; los engaños y olvidos de la memoria en los vídeos familiares de Fantasmas#1, de Ángel Santos Touza; la fotografía como lugar de re-unión del emigrante en Faustino 1936, de Alberte Pagán; la revalorización y actualización del graffiti desde el imperio romano, en Manuscritos pompeyanos, de Marcos Nine; la poética personal y en lucha con la urbe en los 16mm de Grrr! nº7: y las chimeneas decidieron escapar, de Enrique Aguilar y Oliver Laxe; o la contundente belleza de las imágenes de Dreyer en La pasión de Juana de Arco en O proceso de Artaud, de Ramiro Ledo, donde los rostros se transforman en personajes trucados por la intervención de un nuevo documento en juego.

Todas estas obras, tan diferentes entre sí, buscan desde dentro, pero miran siempre hacia fuera, analizando, completando, reinventando y desmontando la realidad desde la subjetividad de unas miradas ingobernables que tienen como rasgo unitario la capacidad de asombro y la búsqueda de una verdad personal a través juego cinematográfico.

David Varela es cineasta. Además, es socio DOCMA y programador del Ciclo Docma en Cineteca.

Cuándo Miércoles 16 de octubre a las 20:30 h.
Dónde Sala Azcona, Cineteca. Pza. Legazpi 8.
Cuánto 3,50€