Sobre la película Para su tranquilidad haga su propio museo (2021) de Pilar Moreno y Ana Endara en el Ciclo Docma de junio, por Ruth Somalo.

La cineasta panameña Ana Endara y la artista visual y psiquiatra madrileña Pilar Moreno responden con esta obra a la pregunta ¿Se puede filmar el retrato de un fantasma? El fantasma en cuestión cuya voz nos hablará en off desde el más allá es el de una anciana panameña llamada Senobia Cerrud, y la respuesta es que sí. Ana y Pilar arrancan este magnífico documental con imágenes de archivo de una clase de dibujo en la que una maestra enseña a colorear a sus pequeños estudiantes. La maestra les fuerza a no salirse de las líneas que definen a un caballo en una secuencia extraña que funciona como premisa para desvelar el espíritu artístico de Senobia. Contra la necesidad de reprimir y de homogeneizar, se nos presenta a una Senobia que da rienda suelta a su imaginación y que crea su propio proceso y canon artístico que la llevarán a crear un museo surrealista en su propia casa. Una casa que es ya espacio semi abandonado y atravesado por el paso del tiempo al que accedemos a través de planos contemplativos y serenos que albergan un mundo de objetos encontrados, rehabilitados y transformados en arte bruto. Objetos de la vida cotidiana, animales y artefactos que han sido amorosamente coleccionados, organizados y expuestos como huellas de un mundo paralelo en el que lo despojado de valor es transformado por una visión de la belleza en crudo. «Existe valor en todo, por lo tanto, yo soy de valor» nos dice una Senobia que no teme a la muerte y que ha vivido desde un humanismo y feminismo intensos, acabando sus días en la soledad de un asilo.

El otro gran dispositivo de la película nos presenta a un fabuloso grupo de señoras de edad avanzada y de su mismo pueblo que la conocían y que van dándole cuerpo a Senobia desde su propia cocina. Las ancianas componen retazos de su vida para nosotros, leen fragmentos de sus diarios, se visten como ella y la recuerdan entre sonrisas cómplices. Participar de lleno en la vida, escribir, votar, llevar sombrero y tratar las cosas viejas con mucho cuidado, cariño y respeto, son algunas de las actividades y valores que nos hacen llegar de su difunta amiga. De entre las historias con minúscula de violencia patriarcal, de precariedad y de falta de libertad de todas ellas se teje la Historia de una generación de mujeres ignoradas que ha sobrevivido a fuerza de creatividad, amor y solidaridad. «Sólo el amor hace feliz a los seres humanos, el amor es libre como el viento, no tiene edad, ni peso» nos susurra un fantasma.

Una película que recoge el gran legado de alguien pequeño y que establece acertadamente un diseño sonoro animista y la voluntad de transparencia del dispositivo cinematográfico en paralelo a la estupenda dirección de arte de Pilar Moreno y la valiente edición no lineal de Ana Endara. Dispositivos que dan vida a los objetos y a las palabras de esta desconocida artista, comisaria y filósofa, y si lo importante, según ella, «es la huella que se deja», con esta película Senobia se instala de lleno en nuestro corazón.

Ruth Somalo