Acercarse a las obras realizadas en el marco de las escuelas de cine conlleva distintas emociones. Por un lado, un interés real en conocer qué es lo que se está pensando y discutiendo en dichas escuelas, especialmente en el rubro de la no ficción. ¿Qué tipo de miradas, aproximaciones o dispositivos se enseñan y se promueven en las aulas? Por otro lado, tal interés se mezcla con la sospecha que carga consigo la etiqueta de «trabajos de escuela». Uno suele pensar en películas inocuas, imperfectas, bocetos de futuros proyectos mejores.
Nada más lejos de ello. Este jueves 16 de febrero, nuestro #CicloDOCMA estará dedicado a una destacada selección de trabajos realizados en distintas escuelas de cine. Bajo el título ENTRE PARÁLISIS Y CAMBIO, LA EVOLUCIÓN O DESCOMPOSICIÓN DE LAS COSAS, hemos reunido seis películas que expresan, de distintas formas, una actitud frente a la manera de lidiar con asuntos fundamentales que van de lo íntimo a lo social. Quedarse atrapados o avanzar, ahí está el gran interrogante que estas seis películas plantean desde sus estéticas particulares:
Está la inmovilidad emocional, que se aprecia en 1964, de Gonzalo Amigo Cascallar (Centro Universitario de Artes TAI), donde asistimos al inevitable resquebrajamiento de un matrimonio. Sonrisas forzadas y confesiones ocultas son elementos que toda relación carga consigo a lo largo de los años hasta que llega el momento de elegir: o seguir manteniendo las apariencias o romper. Una extensión de ese dilema puede ser Meditaciones para señoritas, de Anamusma (Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid), donde a través de un devocionario católico del año 1940 queda manifiesto cómo se transmitían conceptos como “el género” y “la familia” de madre a hija años atrás. El final liberador augura tiempos de cambios.
También está la inmovilidad espacial, la literal, la que delimita los cuerpos entre muros cerrados y puertas imposibles de cruzar. Ahí está La Carga, de Víctor Alexis (Escuela Internacional de Cine y Televisión de Cuba, EICTV), cortometraje de una potente cinematografía acorde a una circunstancia excepcional: el tren de carga cubano que, en lugar de estar moviéndose, suele estar siempre detenido por problemas técnicos. También visualmente impactante es Pabellón 8, de Berta Rico (ECAM Escuela de Cinematografía y del Audiovisual de la Comunidad de Madrid), donde chocantes figuras de cera representan las enfermedades cutáneas, en especial las venéreas, de pacientes reales en la España del siglo XIX. Los cuerpos hinchados y desfigurados, encerrados en un pabellón abandonado, dan una amplia lectura sobre una sociedad que prefiere tener ciertos monstruos dentro de cajas selladas.
Hallamos varias reflexiones sobre el movimiento en Casa Müller, de Gioia Piras (Escuela Lens de Artes Visuales), donde un hombre debe abandonar su casa, así que decide llevársela, ladrillo a ladrillo, a otra zona. Varios interrogantes flotan durante el traslado: hasta qué punto se puede conservar la historia de su familia en la nueva casa, cuánto se perderá en la mudanza, e incluso cuánto puede registrar la cámara sobre aquello que va desapareciendo. De manera más onírica encontramos esas preguntas en Ce ne pas a revé, de Alejandro Ramírez (LAV). Un guardia nocturno deambula por una estación de televisión. Incapaz de salir de ese centro de imágenes, la película es una negación de su propia representación.
En resumen, se trata de una sesión que invitará a meditar sobre la etiqueta “trabajos de escuela”, más aún cuando hablamos de jóvenes cineastas que reflexionan y experimentan con cada elemento que tienen a mano para alcanzar la mayor expresividad posible en sus películas, algunos de ellos ya con exhibiciones artísticas y premios internacionales en sus biografías. Varios estarán presentes este 16 de febrero en Cineteca Madrid para presentar sus cortometrajes y realizar un coloquio posterior con Fernando Vílchez y Rocío Cabrera, ambos programadores de DOCMA.
Os invitamos a este #CicloDOCMA tan especial y anunciamos desde ya que, debido a la calidad y valentía de los proyectos recibidos, nos vemos impulsados a planificar proyecciones en el futuro con lo mejor de las escuelas de cine.
Fernando Vílchez
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