“Un barco pesquero de grandes proporciones acomete su tarea en altamar”. Podemos resumir de esta sencilla manera el documental de los directores Lucien Castaing-Taylor y Véréna Paravel, no obstante la película, como la excepcional obra que es, eleva y transgrede hasta límites insospechados lo que su premisa promete. Lo que en apariencia puede ser un documental etnográfico sobre la fauna marina se convierte, rápidamente, en toda una épica sobre la eterna lucha de los elementos, en una exploración del trabajo humano encerrado en este redescubierto microcosmos y, también, en una indagación sobre la naturaleza del registro cinematográfico, el cual es llevado a extremos pocas veces visto. Mientras todo eso sucede, el mar nos sacude como si estuviéramos sometidos a antiguas iras bíblicas o a animales marítimos prehistóricos.
Castaing-Taylor y Paravel, ambos de formación antropológica, apuestan por las texturas, los movimientos de la cámara y la dimensión plástica de la imagen, como caminos para hacer del arte cinematográfico una nueva experiencia sensorial. Sin embargo, lo que más llama la atención de LEVIATHAN son las proezas técnicas y el virtuosismo del registro, con ecos que recuerdan al célebre SOY CUBA de Kalatazov. Así, la cámara parece estar en lugares improbables: podemos ver el aleteo de gaviotas a la altura de estas aves, o ver el paso del elemento aéreo al submarino, todo en un plano secuencia.
Pero la hazaña de estos planos secuencia no se remiten solamente a la habilidad con que fueron implementadas estas cámaras, sino a su poder de trascender la materia. Por ejemplo, en la escena de la recolección de peces, llega un momento en que los animales pierden sus contornos que los llegan a diferenciar, a tal grado que se convierten en una masa colorida y fluida, cuyo transcurrir genera una especie de febril hipnosis, donde las formas se disuelven en los movimientos frenéticos de las aves al devorar a sus presas, donde sangre y aletas discurren expulsadas del barco y donde el grano de la imagen nocturna final nos revela la disolución del propio elemento fílmico.
Ese quizá sea el mayor mérito de LEVIATHAN, película premiada y celebrada mundialmente: la búsqueda de la trascendencia metafísica a través de una actividad considerada por muchas como ruda y prosaica.
Fernando Vílchez Rodríguez
Leviathan (trailer) from Cinema Guild on Vimeo.
LEVIATHAN
de Lucien Castaing-Taylor y Véréna Paravel
87 min.
2012
DCP
Sinopsis
Rodada delante de la costa de Massachusetts –capital ballenera del mundo, así como inspiración de Melville para Moby-Dick-, «Leviathan» sigue un enorme barco pesquero de arrastre hacia las aguas negras de los alrededores y presenta una vívida, casi caleidoscópica, representación del trabajo, el mar, la maquinaria y los actores, tanto humanos como marinos. Una experiencia cinematográfica puramente visceral.
/ 12 de marzo / 20:00h / Sala 1 // 29 de marzo / 22:00h / Sala 1 / Cine Doré
// 14 de marzo / 20:00h / Cine Casa de América /
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