Sobre la película Objeto de estudio de Raúl Alaejos (Estreno en Madrid y Premio a Mejor Película en la 6ª edición de Majordocs) en el Ciclo DOCMA de noviembre de 2024, por Santiago Varela Antúnez

El cine documental emergió como una de las primeras formas de expresión audiovisual tras la invención de la cámara cinematográfica. Con el tiempo, la narratividad se fue incorporando gradualmente a las producciones, lo que llevó a que la realidad observacional quedara en un segundo plano. En 1922 se estrena Nanook el esquimal, un hito en la historia del cine, en el que Robert Flaherty ficcionaliza aspectos de la vida de sus protagonistas romantizándolos y presentándolos como reales. Aunque a Flaherty se le ha criticado como padre del cine documental extractivista, la colaboración con sus personajes para embellecer la historia y su aproximación creativa a la realidad, ha inspirado 100 años de debate en torno a la estética y ética del cine documental.

En este contexto, Objeto de estudio de Raúl Alaejos se presenta como una obra contemporánea que realiza un viaje reflexivo a la tierra de los inuit, indagando en las implicaciones culturales y sociales de su existencia actual. El documental comienza mostrando la vida de dos familias en una aldea, pero, a medida que avanza, adquiere una autoconciencia que lo lleva a cuestionar las claves narrativas que lo sustentan. Este enfoque metanarrativo no solo refleja la complejidad de la experiencia, sino que también sirve para mostrar las consecuencias del mestizaje y la colonización. Así, Alaejos, se presenta como un aventurero, buscando ilustrar los efectos adversos de la colonización en comunidades específicas, al tiempo que examina los estándares del cine observacional.

Este regreso a los orígenes del documental permite plantear una crítica pertinente sobre las dinámicas actuales de la industria cinematográfica. En un panorama donde proliferan los «documentales» que se asemejan más a «realities» centrados en celebridades de internet y deportistas, la esencia de la observación ha sido a menudo distorsionada. La manipulación del espectador se convierte en una característica predominante de estos productos, lo que desvincula la representación audiovisual de su función más auténtica: la exploración de la realidad. A través de Objeto de estudio, Raúl Alaejos pone de relieve estos mecanismos narrativos, facilitando una comprensión crítica de su impacto en la percepción del espectador.

De esta forma, Objeto de estudio se transforma en un ejercicio de autoobservación que permite al espectador reflexionar sobre la naturaleza de la narrativa documental. La obra invita a los espectadores a distanciarse de la superficialidad de ciertos contenidos contemporáneos y a acercarse a la autenticidad de personas reales. Este enfoque no solo es relevante para la comprensión de la cultura inuit, sino que también resuena con las preocupaciones éticas y estéticas que han sido objeto de debate en el ámbito del cine documental desde su surgimiento.

La película de Raúl Alaejos se erige como una obra imprescindible para aquellos interesados en la evolución del cine documental y en la representación de realidades culturales complejas.