Sobre la película Mafifa de Daniela Muñoz Barroso en el Ciclo Docma de octubre, por Santiago Varela Antúnez.
Cuando somos pequeños es fácil que se nos queden las melodías grabadas en la memoria y que, de mayores, evoquen en nosotros sensaciones al escucharlas. Cuando una persona carece de la capacidad de percibir la totalidad de las frecuencias sonoras, se enfrenta a una complicada realidad que debe afrontar de forma algo solitaria. Daniela Muñoz Barroso confronta su soledad a través de su interés por la vida de Mafifa, una mujer que creaba música con la campana en las congas cubanas, emitiendo un sonido agudo inaudible para la directora.
La curiosidad que despierta en Daniela Muñoz Barroso la figura de Mafifa le lleva a conocer la historia de su vida en profundidad, llegando a comprender que, a pesar de las constantes fiestas en las que participaba, era una persona solitaria, que murió sin pareja, ya que, en su juventud, había sufrido una ruptura amorosa, según cuenta una de sus familiares. Esta soledad vital es algo que une a ambas mujeres y hace que la directora se sienta acompañada, iniciando el documental con un: «Una no viaja tan sola hasta que hace una película» y acabando con cierto agradecimiento: «En la soledad hay plenitud, mi oído descansa y deja de querer escuchar’’.
El no poder escuchar todas las frecuencias sonoras ha provocado que Daniela Muñoz Barroso se fije más que nadie en los detalles, ya que la información que posee del mundo está incompleta y debe completarla. Por ello, ha creado una película centrada en los primeros primerísimos planos, con poca profundidad de campo, dos elementos narrativos que sirven, en gran medida, para plasmar, a través del punto de vista, la realidad que ella vive. Además, el diseño de sonido también ayuda a comprender y experimentar lo que siente la directora, creando momentos en los que habla y el fondo se escucha bastante difuminado, carente de cualquier tipo de alta frecuencia. Un compendio de elementos que muchas veces hace que el proyecto se torne bastante experimental y sensorial.
Sensaciones y emociones se ensamblan a la perfección en esta obra, en la que podemos disfrutar del proceso creativo de Daniela Muñoz Barroso. En un intento por reconstruir el sonido que percibe su oído, se encuentra con Mafifa y decide reconstruir su vida, a través del archivo y de los que la conocieron. Voces, sonidos, gritos, música y primerísimos planos, que piden ser disfrutados en una sala de cine, en compañía de otras personas incompletas que están tratando de buscar aquello de lo que carecen en la vida o simplemente, de comprender que a veces la belleza se encuentra en la ausencia.
Santiago Varela Antúnez @santi_vaan