Sobre la película Hormigas perplejas de Mercedes Moncada (Estreno en Madrid y Premio del Público y el Premio a la Mejor Directora en Alcances) en el Ciclo DOCMA de enero de 2025, por Santiago Varela Antúnez
Al igual que la obra de Mercedes Moncada, inicio este análisis con la frase: ‘’Los hombres no eran sino hormigas perplejas a merced de una fuerza misteriosa e insuperable’’. Este enunciado se convierte en el punto de partida para reflexionar sobre el cambio de paradigma en el desarrollo industrial, marcado por la irrupción de maquinaria sofisticada capaz de realizar el trabajo humano con mayor eficacia y eficiencia.
Este avance tecnológico se inscribe en un contexto de capitalismo en decadencia, cuyos efectos parecen conducir a la sociedad hacia un declive inevitable, donde los individuos viven sentados, consumiendo alimentos y contenido sin cesar, mientras las máquinas asumen todas las tareas. En este escenario, la lógica humana carece de sentido o propósito. La narrativa cinematográfica refleja que, si no revertimos este camino y luchamos por nuestros derechos, pasaremos a ser inservibles y no tendremos razón de ser.
No obstante, no se trata de demonizar las tecnologías, sino de plantear la necesidad de establecer límites que preserven el valor intrínseco del ser humano. Esta obra consigue mezclar imágenes de gente luchando por sus derechos y los de mucha más gente, que cada día van a las fábricas para sacar a su familia adelante. Esta combinación no solo visibiliza las desigualdades, sino que subraya la importancia de la resistencia colectiva frente a un sistema que deshumaniza las relaciones laborales.
Desafortunadamente, la sociedad actual muestra síntomas de una creciente alienación y conformismo, marcada por una falta de pensamiento crítico que la hace vulnerable a las narrativas impuestas por los medios de comunicación, las élites empresariales y los políticos. La verdad, en este contexto, se diluye entre excusas reiteradas y discursos vacíos, privando a los ciudadanos de una comprensión clara de su entorno. Ante esta situación, resulta fundamental que las clases trabajadoras se movilicen para cuestionar estas estructuras y reclamar mejoras en las condiciones de vida, defendiendo el lugar del ser humano como actor esencial en el ámbito laboral.
Hormigas perplejas constituye, en este sentido, una invitación al despertar colectivo y a la acción conjunta frente a esas «fuerzas misteriosas e insuperables» que parecen regir nuestras vidas. A través de sus imágenes, la obra de Mercedes Moncada demuestra que es posible resistir y transformar la realidad, reafirmando que la unión es el motor del cambio social.