Sobre la película Ara la llum cau vertical, de Efthymia Zymvragaki en el Ciclo DOCMA de febrero de 2024, por Andrea Guzmán

 

Efthymia Zymvragaki acepta el valiente reto de filmar el testimonio de un hombre maltratador que ha querido contarlo, a la vez que realiza un original y poderoso autorretrato, poniendo de manifiesto una historia global en Ahora la luz cae vertical. Ambos, personaje y directora, quedan al descubierto en una película que no deja indiferente.

Hay un gran acierto en la complicidad implícita de la cineasta, al exponerse abiertamente al mismo tiempo que su protagonista. Una persona, aparentemente arrepentida, que es capaz de ver detrás de sí y de repetir, ante la atónita mirada de la audiencia, las atrocidades de su pasado. Ella, a cambio, desentraña su origen, descubre con cada testimonio una huella de su propia historia, retratando “tan bien” esa forma a la que las mujeres estamos (tan mal) acostumbradas a ser tratadas, con esa indiferencia, ese segundo plano.

Mención especial merecen la excelente cinematografía y la música, puntual e incidente, que acompañan y enriquecen en cada encuadre, en cada acorde, este filme impactante y conmovedor. Una película donde la autora se cuestiona la identidad propia, desde el idioma con el que se nace hasta el lugar al se elige pertenecer. Y mientras desentierra su pasado, va desenmascarando al personaje protagonista, un ser que habita, apenas, en un lugar desde donde no se divisa horizonte alguno.

Andrea Guzmán